Palabra Profética Septiembre "Puertas Abiertas"
Apocalipsis 3:8 Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. '
Pastor Samuel Escoto
9/9/20255 min read


Cada mes Dios nos sorprende con una palabra para bendecir nuestras vidas, cada palabra lleva como finalidad que nosotros desarrollemos una vida de fe, esperanza, obediencia y crecimiento espiritual. No podemos permitir que el enemigo mine nuestros corazones con la mentira de que no estamos avanzando, que no estamos logrando nada. No olvide que somos su pueblo, sus hijos y hace mucho tiempo hemos venido creyendo desde que recibimos a Cristo por lo tanto nuestro rey Jesús es la puerta principal para nuestra salvación y bendición. Cada célula y cada servicio de la iglesia es una oportunidad para aprender y crecer en el conocimiento de Dios y su Palabra para conocer las llaves que abren todas esas puertas que necesitamos ver abiertas en nuestro diario vivir.
A lo largo de la historia bíblica, las puertas representan símbolos de acceso, oportunidad y destino. En Apocalipsis 3:8, Dios declara a la iglesia en Filadelfia: “He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar. “Esta afirmación nos revela una verdad central: Dios tiene puertas preparadas para sus hijos, y cuando decide abrirlas, ninguna fuerza humana ni espiritual podrá cerrarlas. No se trata solo de la vida futura en la eternidad, sino de beneficios presentes que Él otorga aquí en la tierra para quienes buscan profundizar su relación con Él.
El contexto de Filadelfia “poca fuerza, gran fidelidad”
La iglesia de Filadelfia no era reconocida por su poder político ni por su riqueza material. Dios mismo afirma que tenían “poca fuerza”, pero destaca algo más valioso: habían guardado su Palabra y no habían negado su nombre. Esa actitud de fidelidad en medio de la debilidad fue la razón por la que se les concedió una puerta abierta. Esto nos enseña que la clave no es el tamaño de nuestros recursos, sino la firmeza de nuestra fe. Las puertas de Dios no se abren por méritos humanos, sino por la fidelidad del corazón que permanece firme en Cristo, por esta razón no dejes de orar, leer la Biblia, congregarte y compartir con otros hermanos en la fe. Mi Iglesia Internacional debe ser tu casa, ser portadores de la visión y el ADN, comprender que somos portadores de vida y salvación para otros también. La puerta que se abrió a la iglesia de Filadelfia no fue solo para el Pastor sino para todos los creyentes que eran parte de esta congregación a la cual se refiere Apocalipsis 3:8. Por lo tanto, tú y yo somos bendecidos con la bendición que como iglesia recibimos si nos plantamos y hacemos de esta casa nuestro hogar y el de nuestros hijos. Quizá no podemos demostrar fuerza con enormes eventos costosos, pero si podemos demostrar fidelidad a Dios y su palabra siempre. Declare esta palabra: “Amado Dios, me comprometo a ser fiel a ti y tu palabra, ser fiel a mi casa espiritual, a la visión que nos has dado para alcanzar a otros con tu mensaje de amor y salvación, ¡amen!”
La realidad presente de las puertas abiertas
Muchos creyentes viven bajo la idea de que las bendiciones de Dios solo se disfrutarán plenamente en el cielo. Es verdad, la vida eterna es nuestra herencia gloriosa, pero la Escritura muestra que Dios abre puertas también en esta vida:
1. Puertas de provisión, como las que vio Elías cuando los cuervos lo alimentaron en el desierto.
2. Puertas de sanidad, como las que experimentó la mujer del flujo de sangre al tocar el manto de Jesús.
3. Puertas de restauración, como las que vivió Job al recibir el doble de lo que había perdido.
La vida cristiana no es un valle de espera hasta la eternidad, sino un camino donde podemos disfrutar la gracia de Dios en el presente. Créelo, plántate y experimentarás algo maravilloso en tu vida y familia.
La relación íntima con Dios como llave
Jesús mismo afirmó: “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos” (Juan 10:9 RV60). La imagen es clara: cuanto más nos sumergimos en Cristo, más acceso tenemos a sus pastos verdes, a su provisión y a su cuidado. La intimidad con Dios no es un requisito religioso, sino la llave que abre puertas de favor y bendición. El creyente que ora, adora, estudia la Palabra y se rinde a la voluntad de Dios, no vive limitado por las circunstancias, sino habilitado por las puertas que el Señor abre. ¿Qué le parece esto?, la ganancia diaria y la protección que recibiremos a diario será mayor si mejoramos nuestra comunión con Dios, si somos fieles con lo que él nos da. Jesús dejó una llave poderosa: “Entonces les dijo: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción? Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.” San Mateo 22:20-21
Beneficios aquí y ahora
La vida abundante que Jesús prometió (Juan 10:10 RV60) no está limitada a la eternidad, sino que comienza desde el momento en que le recibimos como Señor. “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”
Las puertas que Dios abre permiten experimentar bendiciones concretas:
1. Gozo en medio de la prueba: como Pablo y Silas, que adoraron en la cárcel y vieron las puertas abrirse.
2. Esperanza en medio del dolor: como Oseas anuncia al transformar el valle de Acor en una puerta de esperanza.
3. Victoria en medio de la lucha: como Israel, que vio caer muros imposibles porque Dios marchaba delante.
Estas realidades son evidencia de que las puertas abiertas no son solo promesas futuras, sino experiencias actuales para el que cree. Por lo tanto, tu crecimiento espiritual asegura el disfrute de todas las puertas que Dios puede abrirte aquí en la tierra, búscalo serás exitoso en todo lo que emprendas, tus relaciones serán sanas y duraderas, te preguntarán por qué te pasan tantas cosas buenas a ti y no a ellos, pero si quieres seguir viviendo cansado y estresado vive a tu manera e ignora esta palabra que ahora Dios te da.
Las puertas abiertas de Dios son una invitación a disfrutar de su presencia, provisión y poder aquí en la tierra. Así como la iglesia de Filadelfia fue recompensada por su fidelidad, nosotros también podemos caminar en los beneficios de una vida entregada al Señor. El cielo es nuestra esperanza final, pero no debemos olvidar que Dios desea que experimentemos su reino aquí y ahora. Cada día, al buscarle con todo el corazón, más puertas se abren: puertas de paz en medio de la tormenta, puertas de fe en medio de la duda, puertas de bendición para nuestra familia.
DETERMINACIÓN DEL MES
“Buscaremos a Dios más que antes, le honraremos con nuestro servicio, con lo mismo que él nos da. Dios tiene puertas abiertas para sus hijos, no nos perderemos esa maravillosa bendición, tomaremos en serio el reino de Dios y nos volveremos hacedores de la palabra de Dios.”
PASOS DE ACCIÓN
Dios nos lleva a aplicar esta palabra para que nos convirtamos en hacedores y no solo oidores de su palabra, el propósito es materializar esta palabra a través de nuestra acción de fe.
1. 7 días de ayuno “Clamando por puertas abiertas” 8 al 14 de septiembre. Cada persona hará su compromiso de ayuno para un día de la semana o más que decida. Terminaremos el domingo 14 de septiembre con una convocatoria general de ayuno para toda la iglesia a partir de las 8am hasta las 12md.
2. Todos los martes de septiembre serán “Convocatorias de Oración para ver Puertas Abiertas”
3. Dedique un momento cada día para orar por su vida, familia, iglesia, ministerio y las personas que están bajo su responsabilidad para que Dios habrá las puertas que tiene para cada uno.
